El parque nacional de Akagera es un parque nacional de unos 2.500 km cuadrados, lo que supone  que casi representa un  10% de la superficie total de Ruanda.

Tras el Genocidio en Ruanda en 1994, Akagera quedó muy maltrecho y degradado como consecuencia del genocidio. El conflicto y la caza fueron nefastas para el medio ambiente y la diversidad en el parque.

En 2010 Afrikan Parks y la Junta de desarrollo de Ruanda (RDB) tomaron las riendas y la gestión del parque,  y en la actualidad podemos afirmar que el parque ha recuperado gran parte de su  esplendor.

Además de eliminar la caza, se tomaron otras medidas de conservación en aras de una rehabilitación del parque. Se introdujeron  el león, el rinoceronte blanco y negro entre el 2015 y el 2021 y en definitiva, se ha llevado a cabo una política solvente de conservación que ha dado sus frutos con una próspera población silvestre en aumento en la actualidad.

Además de convertirse en uno de los parques más reconocidos de Ruanda, en el sentido más puramente de la vida salvaje, también es un buena fuente de ingresos para las comunidades locales circundantes, que se ven beneficiadas económica y socialmente de la actividad que se genera, consiguiendo  así que ecosistema y personas prosperen de la mano.