Ishasha se encuentra dentro del sector del Parque Nacional Queen Elizabeth, a unas 3 horas en coche desde la icónica península de Mweya. Aquí es donde dedicamos tiempo a la búsqueda de los famosos «leones trepadores». Aunque preferimos evitar este término, ya que los leones en realidad no trepan; más bien, saltan para ascender a un tipo específico de higuera de caña baja que es común en la zona y les permite alcanzar sus robustas ramas. Es bien sabido que todos los felinos, siempre que sea posible, buscan la altura, ya sea para obtener una mejor vista, aumentar la vigilancia o descansar alejados de los peligros del suelo, ya sea en altas rocas o en cualquier percha disponible que les ofrezca una vista del horizonte.

Se dice que Ishasha y el lago Manyara en Tanzania son los únicos lugares donde los leones muestran este comportamiento de trepar árboles, pero hemos sido testigos de leones ascendiendo árboles en varias ocasiones en muchas otras ubicaciones africanas, como las Cataratas Murchison. Existen numerosas teorías sobre por qué los leones adoptan este comportamiento, todas con algún grado de validez. Algunos sugieren que es para escapar de los insectos del suelo, incluidas las moscas tse-tsé, comunes en áreas bajas. Otros proponen que es para buscar alivio del calor y capturar una brisa en elevaciones más altas. Sin embargo, la verdadera razón sigue siendo desconocida; nos gusta pensar que dada la oportunidad y el tipo de árbol adecuado, un felino buscará naturalmente la altura por una multitud de razones.

Además, los leones a menudo trepan a los árboles por la noche para descansar, especialmente después de festines de caza nocturna.

La búsqueda de los leones de Ishasha es la razón principal para visitar este sector, aunque acampar o detenerse en el área de acampada y picnic del río Ishasha siempre es encantador. El río Ishasha, que sirve como frontera física natural con el Congo, es un lugar fantástico para relajarse, comer algo o incluso pasar la noche, ya que alberga muchos hipopótamos.

Vale la pena mencionar que, a veces, los leones, sin importarles las fronteras y los límites nacionales, cruzan el río Ishasha hacia países vecinos, lo que hace que nuestros esfuerzos por encontrarlos sean en vano. Tal es la naturaleza de la naturaleza; afortunadamente, sigue estando fuera de nuestro control.